INCOMPLETUD: UNA NOVELA ÚNICA EN SU ESPECIE

Entrevista a su autora, Blanca Lema. ¿Poeta-novelista o novelista-poeta?

Por Pablo Gaudí
(Seudónimo)

Cuando salió publicada la novela Taper Ware (Ed.Paradiso), Damián Tabarovsky en el suplemento cultural del diario Perfil del 8 de noviembre del 2009, escribió: “Taper Ware no se parece a nada. Lema narra de un modo tan singular, tan poco convencional, que se hace difícil encontrar paralelos en la literatura argentina actual.” Desde entonces presté atención a Blanca Lema. Era cierto. Encontré en su obra un lenguaje poético fuera de lo común muy enrarecido, dentro de imaginarios que atravesaban la ciencia ficción y el falso realismo sin nunca caer en un género fantástico. Una escritura original con un juego de metáforas que encajaban unas con otras formando un entretejido semántico sorprendente. En las novelas siguientes fue acentuándose la experiencia cinematográfica de la escritora, logrando que la escritura sea compleja en su mamushkas de símbolos, pero muy dinámica en su montaje, permitiendo una lectura de la trama por momentos vertiginosa. Pero es en La tela agujereada (Ed.Mansalva 2019) donde se va acentuando el recurso del humor como una manera de, según la misma autora explicara en otras entrevistas, introducir al lector a una narrativa que parece divertida e inocente hasta que al avanzar llega a ese lugar que, como nos dijera Artaud, nadie hubiera consentido en ir. En Incompletud, esta puerta abierta a ese espacio que nos asusta, está desde el comienzo. El imaginario es apocalíptico, sucede luego de varias pandemias y los protagonistas son dos adolescentes sobrevivientes que deben ir descubriendo dolorosamente su identidad. Sin embargo, durante toda la novela hay pasajes donde literalmente la risa estalla. Quizás por ese uso extremo de la ambigüedad es que sus editores, Francisco Garamona y Nicolás Moguilevsky, catalogan a Incompletud como la más arriesgada y osada novela de Blanca. Veamos en esta entrevista “las falsas antinomias” de su escritura.

P.G: Estuve en la presentación de Incompletud en la librería La Internacional Argentina.
B.L: Es hermosa esa librería. No te vi.
P. G: Estaba al fondo, pero igual pude presenciar la polémica que en un momento se produjo entre tus presentadores. Nicolás Moguilevsky como editor que presentaba Incompletud como una novela audaz y divertida y Jorge Landaburu como amigo escritor que la presentaba como una novela profunda, o, según sus palabras, “una gran novela” donde el humor no era lo central. ¿Cómo te sentiste con esa aparente puja?
B.L: Yo agradecí ambas posturas que eran muy generosas y si bien parecían no ser coincidentes en realidad lo eran. Usé la ironía y la risa en Incompletud como un sostén para que el lector no escape y atraviese ese mundo donde ni siquiera la naturaleza se presenta como benévola. Tuve ya algunas devoluciones y me alivió encontrar en ellas la coincidencia de: “Leerla me hizo bien”.
P.G: Otras de las ambigüedades presentes en tu novela es el uso combinado del lenguaje poético con el lenguaje científico. ¿Por qué elegiste el teorema de la Incompletud de Göedel? ¿Estudiaste física cuántica?
B.L: Tomé el teorema como una metáfora de hacia dónde vamos como civilización. Amo la física cuántica, y siempre la estudio, pero justamente no como contraposición de lo poético sino como una afirmación sensible donde ambos mundos coinciden.
P.G: Te leo lo que justo tenía señalado del libro: Toby, decime, el infinito… ¿no tiene totalidad, o las totalidades que contiene son infinitas y permanentemente incompletas y cambiantes? ¿Existe intersección posible entre un conjunto universal y uno vacío? Y si la hubiere… ¿cuál de los dos conjuntos muere? ¿El universal o el vacío?
B.L: Ahí Guille, el otro adolescente, le contesta: Creo que mueren los dos conjuntos. El infinito es como el suicidio de la incompletud.
P.G: ¿Por qué tiendes en tus novelas a que tus héroes finalmente sean adolescentes?
B.L: Trato de defender la ética de esta generación que es mucho más evolutiva, lúcida y valiente y merece ser escuchada.

P.G: Otra dicotomía que tiene el lector en Incompletud es entre el pasado y el futuro. Personajes que arrastran la secuela del horror del proceso militar argentino de los 70 junto a los sobrevivientes de Nagasaki, enfrentados ambos en tu novela a un futuro, que hoy ya parece demasiado cercano, donde vivimos dentro de la escenografía de un mundo sobreviviente “artificial”. ¿Es así?
B.L: Pasado y futuro no lo vería como dicotomía, sino como una cinta de Moebius, donde no importa el carril de la cinta que elijas siempre en algún momento estarás en el que creíste contrario.
P.G: ¿Es por eso, ese fuerte comienzo de la novela donde la protagonista de 17 años, luego de varios años de pandemia donde no salía a la calle, se encuentra con gente que corre al camión de la basura para recuperar algo que se habían arrepentido de tirar?

B.L: Sí, así es. El escenario de “Los arrepentidos” va acompañando hasta el final la novela donde se interroga sobre todo lo que hemos tirado como especie.
P.G: Te confieso que hay frases que me pegaron muy duro como: la memoria es un recolector ingenuo que cree en todo lo que encuentra. Lo cree y lo repite como un loro.
Y en otro pasaje planteas que en realidad no “creemos” sino que “obedecemos”. Pero no me quiero entusiasmar con más ejemplos, porque serían muchos. Volviendo a tu mirada paradojal, otra falsa antinomia de tu novela es el link que creaste entre erotismo y androgenia. ¿Cómo surgió este especial personaje que llamaste “Ser”?
B.L: Deshacer las definiciones, creo que es algo que he aprendido del Butoh.
P.G: Tengo entendido que fuiste una de las primeras alumnas de Butoh en la Argentina.
B.L: Sí, ser performer de danza Butoh fue para mí toda una re educación importante incluso como poeta. Por eso en esta nueva androgenia del personaje “Ser”, que aparece al final de Incompletud, retomé un poema de Estrellas y Trotyl*
dedicado a la comunidad trans, que dice: – ¿Qué eres? -¿Cuándo?
P.G: ¿Poeta novelista o novelista poeta?
B.L: Mmmmm….
P.G: Por último… ¿de qué trata Incompletud?
B.L: Quisiera que sea tomada como una historia de amor.
P.G: Gracias
B.L: ¡XIEXIE!

 

* Libro de poemas. Ed. Mansalva.