Carmen Iriondo – Fantasmata

$ 17,800

Colección Poesía y Ficción Latinoamericana ‖ 48 págs. ‖ 14 x 21 cm.

A

«Toda la obra de Carmen Iriondo trabaja sobre su pasión extrema, debo decirlo así, la danza. Y no es casual que en esta ocasión trabaje más explícitamente sobre ese fantasma que la corona (que la vuelve Reina de los Fantasmas): la inmovilidad, la potencia de la poesía. Aquel poeta que dijo: “…allí en el inmóvil punto está la danza como pausa no inmóvil”, no hizo otra cosa que corroborar la teoría de Doménico de Piacenza, un antiguo maestro de danza de la corte de los Sforza —nos asegura Giorgio Agamben.

El maestro aconsejó: “He de decirte que quien quiera aprender el oficio, tiene que danzar por fantasmata, (…) que es una facultad del intelecto… deteniéndote en el momento en que te parezca haber visto la cabeza de Medusa, una vez iniciado el movimiento”. Es el poema, es lo que nos libera, como la misma danza, de toda necesidad y utilidad. Es lo que produce tiempo enemistándose con él. Es lo que agita las imágenes que hacen de nuestro cuerpo una database donde todas las imágenes se transforman y crecen.

Con ese vértigo y alegría trabaja Carmen Iriondo últimamente, con ese fantasmata que no es otra cosa que “un sentido en trance”».

Arturo Carrera

 

Adquirí Fantasmata, de Carmen Iriondo y recibilo en la comodidad de su hogar. Además, llevando cinco libros o más, el envío es gratis a todo el país y también, comprando 3 o más, en CABA.
ISBN: 9789873728426 Colección: Etiquetas: ,

Descripción

Colección Poesía y Ficción Latinoamericana ‖ 48 págs. ‖ 14 x 21 cm.

A

«Toda la obra de Carmen Iriondo trabaja sobre su pasión extrema, debo decirlo así, la danza. Y no es casual que en esta ocasión trabaje más explícitamente sobre ese fantasma que la corona (que la vuelve Reina de los Fantasmas): la inmovilidad, la potencia de la poesía. Aquel poeta que dijo: “…allí en el inmóvil punto está la danza como pausa no inmóvil”, no hizo otra cosa que corroborar la teoría de Doménico de Piacenza, un antiguo maestro de danza de la corte de los Sforza —nos asegura Giorgio Agamben.

El maestro aconsejó: “He de decirte que quien quiera aprender el oficio, tiene que danzar por fantasmata, (…) que es una facultad del intelecto… deteniéndote en el momento en que te parezca haber visto la cabeza de Medusa, una vez iniciado el movimiento”. Es el poema, es lo que nos libera, como la misma danza, de toda necesidad y utilidad. Es lo que produce tiempo enemistándose con él. Es lo que agita las imágenes que hacen de nuestro cuerpo una database donde todas las imágenes se transforman y crecen.

Con ese vértigo y alegría trabaja Carmen Iriondo últimamente, con ese fantasmata que no es otra cosa que “un sentido en trance”».

Arturo Carrera

 

Adquirí Fantasmata, de Carmen Iriondo y recibilo en la comodidad de su hogar. Además, llevando cinco libros o más, el envío es gratis a todo el país y también, comprando 3 o más, en CABA.

Poema

Tengo que imaginar la consistencia, urge
un fantasma para tocar las plantas de los pies
hundiéndose en la arena tramposa que ya
ni el sol calienta.
En anudados ramos de algas amargas, móviles,
cilias que barren a los niños sueltos, los aterran
cambiando su color por algo indefinido.
Salgo corriendo a rescatar cualquiera que tema
ser comido por la costa olorosa de tu mar
revuelto. Cuando vuelvo alguien ha robado
mi ropa, camisa dobladita, obsesiva señal
de mi lugar seguro.
Esa mañana el sol a punto de hervir sobre
una piedra azul con forma de vasija, lleva
una sombra oscura, un eclipse fantástico
en negativo como foto velada por el aire.
Un soplido en mi oreja cosquillea palabras
a medio hablar palabras a medio sostener
aquella consistencia jubón de mis costillas.