TRES POEMAS DE GABRIELA BEJERMAN

Putita

putita linda
¿es verdad que vamos a volar juntas en avión?
no lo puedo creer
ponete algo lila si tenés, queda bien con el cielo
o con los productos de aeropuerto
ya nos veo
paseando por las góndolas más caras del mundo
eligiendo lo que vamos a robar
¿trajiste tarjeta, tarjeta personal?
a mí, se me acabaron
a mí, me acabaron encima
qué enchastre, qué boludez atómica
andá a saber
por ahí la azafata es de las nuestras
nos mete en una cabina presurizada y conectamos
ponete esto, me lo acabo de robar
¿qué es?
no digas nada
una llave con candado vaginal
¿cómo va?
después te explico
ahora escondé esto otro
¡nos van a descubrir!
tranquilizate,
es la mejor manera de disimular que estás re chapa
hay drogas que no está permitidas, son obligatorias
vos, por ejemplo,
tendrías que tomar cada mañana y cada noche
según la hora en que tu euforia te de tregua
una pastilla de tranquilizante para caballos
mirá que sos yegua
así nadie se va a dar cuenta de que
no hiciste los trámites de migraciones.
estás colada en el primer mundo, mirándote al espejo
en una fiesta con gente de la colectividad
que no sospecha que además de torta, pajera y suicida
sos la que escribió el poema en que hoy les toca estar
vení, vení un segundo, arrimate que te pueden escuchar
poné una oreja en la cerradura de tu candado vaginal
¿trajiste la cadenita como te pedí?
mirá que el control de aduana es duro
si no aflojás la mandíbula viene la extracción
y un, dos, tres, tirón
en la puerta quedaron tus dientitos de leche
con los que insistías en mordisquearme
algún que otro pezón
dale, decime que sí, dale que vamos y vamos ya
te paso a buscar por la playa, te trepás por la soguita
te vas poniendo la malla para cuando haya que saltar
al agua puta
¿viste? no era tan difícil, hasta te gustó
no podía ser de otra manera
te tocó rayarte en la puerta del loquero
te internet, te visito de vez en cuando
no pongas cara de pobrecita
no me das lástima sino deseo
escapemos
te encuentro en el quinto piso, de ahí saltamos
directo al colchón de mil primaveras japonesas
un ciruelo en flor y la fruta a punto
¿maduraste de una vez? no hay caso con vos, putita
te gusta, te gusta, te gusta
lo único que te consuela es que te llenen la boca con
la roja, la más roja, bien, bien roja, la más roja gelatina

languidez

estamos patinando sobre azúcar
pisamos algodón desparramado
estallan médanos y frutas
algo tibio entre la arena
algo tibio que enmudece
son besos de luz
sobre láminas de agua
el calor empuja las puertas de la lluvia
las flores tiemblan, parpadean
el perfume de los paraísos
expande la tarde en nuestros labios
con el cuerpo abierto y mojado
me suelto hasta entrar en tus manos

Al calor de un secreto

Algunos ancianos dan un paso a través del calor,
en el subte hay graffitis que advierten sobre el rapto de ovnis,
propuestas de citas escritas en la pared.
tengo en mis manos un montón de poemas de mujeres
Y el enorme secreto de un amor casi ajeno.
Nunca imaginé, al invitarte a nadar conmigo,
que estaríamos enamoradas del mismo hombre. Aún.
¿El anciano recuerda un gran amor
al tiempo que da un difícil paso en medio del calor
que ayer nos acercó? Y yo,
¿podré esconder tu historia del amigo que amé?
Vuelvo a casa con la boca inquieta.
Saber tu secreto es adorarte también.