Manuel Quaranta – Diario del archivo
$ 19,800
Adquirí Diario del archivo de Manuel Quaranta y recibilo en tu hogar o retiralo por Villa Crespo, CABA. Además, llevando cinco libros o más, el envío es gratis a todo el país y también, comprando 3 o más, en CABA.
Poesía y Ficción Latinoamericana ‖ 72 págs. ‖ 14 x 21 cm.
El archivo, además de cumplir la función de resguardar documentos, representa para el investigador un verdadero enigma sobre el material que yace ahí guardado. Metodología, procedimientos y dispositivos. Elementos para responder a la pregunta de cómo abordarlo… Es necesario también pensar en la cuestión temporal, ya que el archivo se construye en el presente, con miras a indagar a posteriori acerca de lo que ya pasó. Entonces, la temporalidad aparece como núcleo incierto de cualquier propuesta archivística.
Manuel Quaranta, como un detective privado de la serie negra, ingresó al archivo de la galería Ruth Benzacar sin un plan de acción previo, salvo algunas intuiciones sobre el arte argentino de las últimas décadas. Así comenzó sus jornadas de trabajo, que se extendieron durante cinco meses, y de las cuales surgió Diario del archivo. Reflexivo, paranoide, crítico, poético, y por momentos absurdo, este libro es una nueva indagación sobre las conflictivas relaciones entre el arte, la crítica y el mercado.
Nicolás Moguilevsky
Descripción
Adquirí Diario del archivo de Manuel Quaranta y recibilo en tu hogar o retiralo por Villa Crespo, CABA. Además, llevando cinco libros o más, el envío es gratis a todo el país y también, comprando 3 o más, en CABA.
Poesía y Ficción Latinoamericana ‖ 72 págs. ‖ 14 x 21 cm.
El archivo, además de cumplir la función de resguardar documentos, representa para el investigador un verdadero enigma sobre el material que yace ahí guardado. Metodología, procedimientos y dispositivos. Elementos para responder a la pregunta de cómo abordarlo… Es necesario también pensar en la cuestión temporal, ya que el archivo se construye en el presente, con miras a indagar a posteriori acerca de lo que ya pasó. Entonces, la temporalidad aparece como núcleo incierto de cualquier propuesta archivística.
Manuel Quaranta, como un detective privado de la serie negra, ingresó al archivo de la galería Ruth Benzacar sin un plan de acción previo, salvo algunas intuiciones sobre el arte argentino de las últimas décadas. Así comenzó sus jornadas de trabajo, que se extendieron durante cinco meses, y de las cuales surgió Diario del archivo. Reflexivo, paranoide, crítico, poético, y por momentos absurdo, este libro es una nueva indagación sobre las conflictivas relaciones entre el arte, la crítica y el mercado.
Nicolás Moguilevsky